En el último momento el Patriarca interrumpe su ataque, debido a que otro cosmos lo interrumpe. Se trata de Ikki, quien está curando las heridas de su armadura en el interior de un volcán. En la casa de Géminis, la ilusión ha desaparecido y Shun tiene la opción de salir de la casa, pero le preocupa el destino de Hyōga. El Patriarca vuelve al ataque y la ilusión del Santo de oro regresa. Repite el mismo ataque y envía a Andrómeda a otra dimensión. Aun así, Shun despierta su cosmos y su cadena atraviesa la dimensión y ataca al Patriarca en su misma habitación. Sorprendido, por el ataque, ve que en su cadena está enredado el collar del Patriarca, finaliza la ilusión y el Santo de Andrómeda logra pasar por la casa de Géminis. Sin embargo Hyōga despierta en otro de los templos del Santuario y frente a él se presenta un Santo de oro.
En el último momento el Patriarca interrumpe su ataque, debido a que otro cosmos lo interrumpe. Se trata de Ikki, quien está curando las heridas de su armadura en el interior de un volcán. En la casa de Géminis, la ilusión ha desaparecido y Shun tiene la opción de salir de la casa, pero le preocupa el destino de Hyōga. El Patriarca vuelve al ataque y la ilusión del Santo de oro regresa. Repite el mismo ataque y envía a Andrómeda a otra dimensión. Aun así, Shun despierta su cosmos y su cadena atraviesa la dimensión y ataca al Patriarca en su misma habitación. Sorprendido, por el ataque, ve que en su cadena está enredado el collar del Patriarca, finaliza la ilusión y el Santo de Andrómeda logra pasar por la casa de Géminis. Sin embargo Hyōga despierta en otro de los templos del Santuario y frente a él se presenta un Santo de oro.
Un soldado corre a avisar al Patriarca de que Seiya y los demás han llegado a la casa de Géminis, pero el Patriarca se encuentra meditando. Mientras tanto en la casa de Géminis, Hyōga le hace frente y ataca con su Polvo de diamantes, y luego con su Aurora Boreal, pero ambos ataques son regresados. En la otra casa, Seiya y Shiryū están frente a frente al Santo de oro de Géminis, pero Shiryū gracias a su ceguera no puede sentir su cosmos, Seiya intenta atacarlo, pero Shiryū lo detiene y se lanzan contra el Santo de oro, a pesar del peligro inminente. De esta manera logran salir de la casa de Géminis. Sin embargo, en la otra casa, Hyōga ha quedado inconsciente por su último ataque y Shun recibe el ataque del Santo de Géminis, quien lo quiere enviar a otra dimensión. Shun lograr salvarse gracias a su cadena que lo mantiene unido a la casa, pero Hyōga cae en otra dimensión. El Santo de Géminis repite su ataque, pero esta vez es más poderoso, por lo que la cadena de Shun, parece que no resistirá.
Continúa el enfrentamiento entre Seiya y Aldebarán de Tauro. Seiya logra detener el gran cuerno de Aldebarán, el choque de cosmos derriba a ambos, pero Seiya aprovecha la oportunidad y corta el cuerno del casco de Aldebarán. De acuerdo a lo acordado, se rinde a Seiya y lo deja pasar. Sin embargo los demás también deberán enfrentar a Tauro para que los deje pasar. Atacando en conjunto logran congelar los puños de Tauro, por lo cual éste los deja pasar. Los cuatro Caballeros de Bronce entran a la casa de Géminis, pero éste es un laberinto donde se mezcla la luz y la sombra. Cuando salen, se encuentra nuevamente en la entrada, pero ahora hay dos casas de Géminis. Se separan en dos grupo: Hyōga y Shun entran en la casa de la izquierda y Seiya y Shiryū entran en la casa de la derecha. Finalmente el Santo de oro de Géminis se aparece ante Hyōga y Shun.
Seiya se enfrenta solo a Aldebarán, pero éste mantiene cruzados los brazos mientras ataca a Seiya repetidas veces. Luego de muchos golpes, Seiya nota que la pose de batalla de Aldeberán es como un pase de espada, donde el momento más peligroso es cuando la espada se mantiene en la vaina lista para el ataque. Seiya reta a Aldebarán a que romperá su postura ofensiva-defensiva. Con un Cometa Pegaso, logra que Aldeberán rompa su postura. Una vez logrado esto, puede ver todos los movimientos del ataque de Tauro, hasta que finalmente detiene uno de ellos.
Ptolemy en su agonía les revela que solo el Patriarca puede retirar la flecha del pecho de Atenea. Sin embargo solo tienen doce horas para atravesar las doce casas protegidas por los Caballeros de oro debido a que la flecha se va hundiendo más y más en el pecho de la diosa y en doce horas le atravesará el corazón. Seiya y sus compañeros se dirigen rápidamente a la casa de Aries, donde encuentran a Mu, quien les convence para reparar sus armaduras. Mu les explica, además que para derrotar a los Caballeros de oro, deberán despertar el Séptimo sentido. Una vez con sus armaduras reparadas, se dirigen a la casa de Tauro, pero un fuerte cosmos los rechaza. Se trata de Aldebarán, Santo de oro de Tauro.
Shun vence finalmente a Leda y Spica y se dirige al encuentro de sus compañeros. Saori, Tatsumi, Hyōga, Seiya y Shun abordan un avión que los llevará a Grecia. Mientras tanto, en el Santuario, Aioria confronta al Patriarca, y le revela que conoce la verdad de lo sucedido hace trece años. El Patriarca, ataca a Aioria con un golpe a la velocidad de luz, pero en este momento aparece Shaka, Santo de oro de Virgo, que se enfrenta a Aioria. Una vez en Grecia, los Caballeros de Bronce se encuentran con un encapuchado que ofrece ser su guía. Además se les une Shiryū. El encapuchado los lleva a la entrada de las doce casas y les explica que para llegar al Patriarca deberán atravesar las doce casas del Santuario custodiadas cada una por un santo de oro. En ese momento, el encapuchado se revela como Ptolemy, Santo de Plata de la Flecha, que ataca con suFlecha Fantasma, Seiya y los demás esquivan fácilmente las flechas ya que éstas no eran de verdad, y Seiya contraataca y derrota fácilmente al Santo de Plata, pero entre todas las flechas lanzadas hay una que sí es de verdad, y que va a parar al corazón de Atenea.
Saori, Seiya, Hyōga y Shun visitan el orfanato, antes de partir al Santuario. Seiya le promete a Miho que regresará sano y salvo. Al día siguiente todos se reúnen en una pista de aterrizaje privada de la Fundación Graude, sin embargo están preocupados porque Shun aún no llega. El motivo de su demora, es que June, Santo femenino del Camaleón, lo ataca para impedir que vaya al Santuario. June ama a Shun, por lo que no quiere que se exponga ante tamaño peligro. Con este propósito, le revela que Milo, Santo de oro de Escorpio, asesinó al maestro Albiore y a muchos de los Caballeros y aspirantes de la Isla de Andrómeda, su lugar de entrenamiento. Finalmente, Shun la derrota y le hace ver la necesidad de la misión en la que participará. Sin embargo, también aparecen Leda y Spica, Caballeros sin constelación (Traducidos erróneamente como Caballeros de Plata) de la Isla de Andrómeda, quienes intentan acabar con Shun parar reconciliar a la Isla con el Santuario.
Shiryū continúa en los Cinco Picos, y a pesar de haber tomado el agua de la vida, todavía no recupera la vista. Aun así está decidido a regresar con Seiya y sus compañeros. El viejo maestro explica a Shiryū que hay doce Caballeros de Oro, que son protegidos por las doce constelaciones de la eclíptica recorridas por el Sol, pero justo en ese momento aparece Deathmask, el Santo de oro de Cáncer, quien ha sido enviado por el Patriarca para asesinar al viejo maestro, que no es otro que el Santo de oro de Libra. Shiryū protege a su maestro y se enfrenta al Santo de Cáncer, pero aún no es rival para él. En el momento en que Deathmask decide acabar con Shiryū, aparece Mu de Jamir, quien se revela como el Santo de oro de Aries. Como está en desventaja numérica, Deathmask decide retirarse pero reta a Dragón a que lo busque en el Santuario para continuar con su pelea inconclusa.
Ahora que Seiya viste la armadura de oro de Sagitario, Aioria se enfrenta con él. Seiya logra esquivar el primer ataque y contraataca, logrando golpear a Aioria. Sin embargo Aioria decide usar todo su poder y ataca a Seiya a quemarropa, derribándolo fácilmente. Cuando se propone acabar con Seiya, aparece Saori, quien se revela como Atenea y le cuenta lo sucedido en el Santuario hace trece años. A pesar de esto Aioria desconfía y decide probar a Saori, con uno de sus ataques, ya que en su lógica, la verdadera Atenea no se vería afectada. Seiya se interpone y el espíritu de Aioros regaña a su hermano por atacar a Atenea, Seiya ayudado por el cosmos de Aioros lograr devolver el ataque de Aioria, el cual vuela por lo aires y derrotado al fin (por su hermano) promete lealtad a Saori, como la verdadera Atenea.
Shaina continúa tratando de provocar a Seiya para combatir, pero él no la considera como su enemiga. Ambos sienten el poderoso cosmos del Santo de oro de Leo, tratan de huir pero es demasiado tarde. Aioria conoce previamente a Seiya, por su permanencia en el Santuario, mientras realizaba su entrenamiento para obtener la armadura de Pegaso. Shaina intenta proteger a Seiya y ataca a Aioria, pero es derrotada con un solo dedo. Seiya ataca con sus Estrellas Fugaces de Pegaso, pero esto es inocuo contra Aioria, quien le revela que los Caballeros de oro pueden moverse a la velocidad de la luz. Aioria ataca a Seiya, pero el golpe es recibido por Shaina quien se puso en medio en el último momento. Shaina herida de muerte, finalmente le revela a Seiya que está enamorada de él y se desvanece. Aioria intenta retirarse por el sacrificio de Shaina, pero Seiya enfurecido lo ataca por haber golpeado a una mujer. Aioria recibe el golpe, y reconoce que se equivocó, se compromete a llevar a Shaina al Santuario para que se recupere. Ante esto, aparecen los Caballeros de Plata: Sirio del Can Mayor, Díos de Mosca y Argetti de Heracles, quienes han seguido a Aioria por orden del Patriarca. Éstos atacan a Seiya uno por uno y luego los tres a la vez. Justo en este momento, aparece la Armadura de oro de Sagitario que se separa y se ensambla sobre Seiya. La energía resultante de la unión de ambos acaba en un instante con los tres Caballeros de Plata.
Seiya regresa con Saori y los demás. Hyōga y Shun se disponen a seguir alguna pista en busca del casco dorado de Sagitario. Sin embargo, Seiya esta débil por sus recientes combates, así que es hospitalizado. Mientras tanto el Patriarca piensa que la Armadura de oro ahora está en poder de los Caballeros de Bronce, por lo que al evaluar el peligro, convoca a un Santo de Oro, Milo, Santo de oro de Escorpio, para acabar con ellos. El Patriarca le pone al tanto de la derrota de los Caballeros de Plata y de la supuesta "traición" de los Caballeros de oro de Aries y Libra. En el Hospital, mientras Seiya duerme es atacado por Shaina, por lo que huye al bosque para evitar el combate. Shaina, le revela nuevamente su rostro y le dice que la única opción posible para una mujer cuyo rostro ha sido descubierto por un hombre es matarlo o enamorarse de él. Por otro lado, Aioria, Santo de oro de Leo se presenta al Patriarca y solicita ser enviado a acabar con los Caballeros de Bronce, petición que es aceptada por el Patriarca. Milo cuestiona esta elección, dado que Aioria es el hermano menor de Aioros el Santo de oro de Sagitario, quien fue acusado de traición por intentar asesinar a Atenea hace 13 años.
El Patriarca y Saori Kido, están preocupados por la desaparición de la Armadura de Sagitario. Mientras tanto Seiya llega a Jamir, pero solo encuentra a Kiki, quien le indica que en la cima de una montaña hay un manantial, donde fluye el Agua de la vida, con la que podrían devolverle la vista Shiryū. Seiya se dirige a la cima, a la cual llega luego de sufrir el ataque de la energía de la montaña. Allí, su bondad es puesta a prueba, y finalmente encuentra el manantial. Kiki, es atacado por Aracné, Santo de Plata, pero en ese momento llega Seiya y se enfrenta a él. Ayudado por Ushio, Santo de Acero, derrota a Aracné con sus Estrellas Fugaces de Pegaso.
El viejo maestro visita a Okko, ambos recuerdan la época en la que Shiryū y Okko entrenaban con el viejo maestro, sin embargo Okko fue expulsado por su carácter agresivo. Shiryū decide enfrentar finalmente a Okko, a pesar de su ceguera. Okko se cubre los ojos con su cinturón, para hacer justo el combate. Shiryū usa el Dragón Ascendente de Rozan, pero Okko sobrevive al ataque. Shiryū sabe que si usa otra vez el Dragón Ascendente, podrá en peligro su vida, pero finalmente entiende el porque pelea y enfrenta una vez más a Okko con su técnica y lo vence. El moribundo camarada, felicita a Shiryū, mientras que el viejo maestro lo acepta nuevamente como discípulo, pero es demasiado tarde para Okko. Ante su tumba, Shiryū promete regresar y pelear nuevamente al lado de Seiya y los demás. Mientras tanto el cuerpo de la Armadura de oro de Sagitario y el casco se reúnen nuevamente hundiéndose en las profundidades de un río.
Shiryū trata de descansar en los Cinco Picos, pero su espíritu no reposa tranquilo ante la posibilidad de quedar ciego para siempre. Mientras tanto Seiya, se dirige a Jamir en busca de Mu, intentando encontrar una cura para los ojos de Shiryū. En los cinco picos, Shiryū y Shunrei salen a pasear, pero Shunrei, mientras nada en un río, es arrastrada por la corriente. Shiryū, no puede hacer nada debido a su ceguera. Justo a tiempo, aparece Okko, antiguo compañero de entrenamiento de Shiryū, y rescata a Shunrei. Debido a una antigua rivalidad entre ambos, Okko ataca a Shiryū, pero Shunrei alerta a Okho sobre el impedimento de Shiryū. Debido a esto, Okko decide postergar la batalla. Sin embargo Shiryū se siente frustrado y llora amargamente bajo las aguas de una cascada.
Ikki retorna a la Isla de la Reina Muerte para enfrentar a Jango, líder de los Caballeros Negros que aún quedaban con vida. En primer lugar, Ikki se enfrenta al Fénix Negro, que lo ataca con su Puño de Ilusión Maléfica. Sin embargo, Ikki recuerda a Esmeralda y se recupera, logrando derrotar al Fénix Negro. En ese momento llegan los demás Caballeros de Bronce, quienes se enfrentan a otros Caballeros Negros. Ahora, es el turno de Jango, quien cae derrotado por Fénix. Desde el Santuario, el Patriarca, despierta a los espíritus de los que han muerto en la Isla de la Reina Muerte, ocasionando que ésta colapse. Gracias a Atenea, Seiya, Shun, Hyōga e Ikki logran escapar de la moribunda isla.
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